jueves, 1 de junio de 2017

El coleo y los salvajes que lo practican



El cobarde imponiéndose ante un animal indefenso
El coleo es una gran crueldad y un abuso de poder, pues se elige al más indefenso de los animales para provocarle dolor.


Quien haya tenido la oportunidad de asistir a una manga de coleo sabe que este evento viene acompañado de otras tradiciones, alegría, comidas típicas, música y muchas otras cosas que son parte de su esencia, que encubren un crimen muy latente, que en realidad a sus espectadores alicorados no les interesa, aplaudiendo y agasajando a un grupo de hombres, que al sujetar la cola del animal, logran que estos muerdan el polvo dando vueltas, en un trayecto debidamente marcado, otorgándole un puntaje que determina el ganador. 


Después de observar el espectáculo macabro del maltrato de una buena cantidad de toros indefensos de unos 400 o 500 kilos, que son volteados y golpeados contra el piso, terminan sufriendo daños irreversibles como la ruptura de costillas, patas y columna vertebral, para satisfacer las ansias de un puñado de espectadores.

El ánimo de los espectadores (casi todos etílicamente festivos) aturden a los animales que no sólo fueron trasportados cruelmente, sino que también son guardados en reductos pequeños para la faena.

Los becerros son encerrados en corrales, donde el barro y los excrementos de los animales se mezclan pegándose a sus propias patas. Con sólo acercarse a los corrales se puede observar la expresión del animal,  que pronto no podrá escapar ni negarse a participar, por supuesto, esto a los coleadores y sus fanáticos no les interesa en lo mas mínimo, su interés es la diversión sin importar el daño que causan, una actitud extremadamente egoísta, careciente de empatía, vulgar, ignorante y marginal.  

El sufrimiento del animal

El pobre animal, utilizado para divertir y entretener al publico
Los puntos otorgados a los participantes se dan de acuerdo a cómo el becerro caiga una vez halado por la cola y de acuerdo a la zona de caída. Se retuercen los rabos, se usan palos afilados, espuelas, pinchos eléctricos(garrochas), para lograr que los toros corran más y que los jinetes puedan demostrar su destreza y  se vean como ''héroes’’. Cuando los jinetes colean a los becerros, frecuentemente éstos son levantados del suelo de golpe cuando van corriendo a una gran velocidad, lo que les causa heridas y fracturas.

Las heridas de los animales como magulladuras de órganos internos, hemorragias, fractura de huesos, tendones, músculos y ligamentos desgarrados, son esperadas y anticipadas en esta violenta tradición. Los promotores del coleo consideran que estos animales son baratos, desechables, y reemplazables, y es por ello que son usados una y otra vez (en mangas menores) hasta que sus cuerpos golpeados y magullados terminan en el matadero como si fueran cualquier cosa.

Cómplices del crimen
Podemos concluir que los coladores y sus espectadores, son personas netamente vulgares he inconsciente, regidas por una tradición cavernícola, con gustos absurdos y barrio-bajeros. 

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